Sí, sí, ya sé.... ¡estamos de vacaciones! Es cierto. Pero, ¿saben qué otra cosa es cierta? Estamos en la mejor época del año, ¡sin dudas! De hecho, estamos en la mejor época en cuatro años... ¿Por qué? ¡Porque estamos en época de Juegos Olímpicos!
El momento de los Juegos Olímpicos es ese momento en el que todos coincidimos en nuestro fanatismo deportivo y vemos a nuestro país competir en diversas disciplinas. Es como que todos hablamos el mismo idioma y, por unos días, nos olvidamos de otras cosas... Es una época maravillosa. Y ahora que estamos por volver al colegio... ¿por qué no aprovechar este tiempo? Podríamos diseñar actividades específicamente pensadas que tengan que ver con la temática. Podemos proponerles a los alumnos que nos metamos en el espíritu olímpico e investiguemos un poco más sobre este evento tan atractivo e interesante. A continuación, un par de ideas que podríamos desarrollar en clase: 1. Empecemos con la típica: desde el área de Geografía, podríamos averiguar sobre los países que compiten, dónde están ubicados en el mapa, qué características tienen. De hecho, podríamos seleccionar un deporte en el que estemos representados e investigar sobre los países con los que compartimos zona, por ejemplo. 2. Ya que estamos, si seleccionamos un deporte o una disciplina en especial, desde el área de Educación Física podemos investigar sus reglas, cómo se juega y si tiene alguna diferencia cuando se hace de practica Olímpica. También podemos ver cómo practicar el deporte o qué condiciones deberíamos tener para practicarlo. Sobre este último punto, podemos hablar de hábitos saludables. Esto también podríamos trabajarlo desde el área de Biología. Quizás se podría diseñar, conjuntamente, un buen plan de entrenamiento. 3. Cuando hablemos de este evento tan importante internacionalmente, en el que coincidimos varios países, desde el área de Historia podemos hablar del origen del evento, porqué se inventó, cómo se desarrolló a través del tiempo, entre otras cosas. 4. Desde tutoría, por ejemplo, podemos trabajar sobre los valores olímpicos: la solidaridad, el compañerismo, la competencia sana, entre otros. Podemos buscar ejemplos con los chicos y ver cómo se comportan los deportistas en un evento tan importante. 5. En Matemática, podemos hablar de estadísticas de juego y acá podemos retomar el hecho de haber elegido alguna disciplina, como hablábamos en los puntos 1 y 2. 6. Desde Lengua, podríamos proponerles a los chicos escribir alguna noticia sobre este evento o imaginarse una entrevista con un deportista o analizar el reglamento de alguna disciplina y aprender cómo escribirlo. 7. En el área de Cívica, podemos hablar de posibles conflictos internacionales entre algunos países que participen en los Juegos. O también se puede hablar de conflictos en las disciplinas y del rol de los referís o mesas de control como autoridades. Se podría generar un debate, por ejemplo. También se podría hablar de nacionalismo y del hecho que se entonen los himnos, por ejemplo. 8. En Física, podríamos analizar trayectorias de lanzamientos o recorridos de bicicletas, por ejemplo, entre otras muchas cuestiones que se podrían analizar. Estas, tan solo, son algunas de las muchas ideas que pueden surgir a partir de un evento tan importante a escala internacional. Quizás podemos juntarnos con otros colegas docentes y diseñar un buen proyecto sobre esta temática. Por último, no quiero dejar de mencionar que Genially ha creado plantillas especiales con la temática para que podamos utilizar en nuestras clases. Para encontrarlas, pueden ingresar "Juegos Olímpicos" en el buscador de plantillas y ahí aparecerán las opciones. Los Juegos Olímpicos están en marcha. Suceden cada cuatro años y son un evento súper interesante. ¡Aprovechémoslos!
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Por Jennifer Gonzalez La siguiente es una traducción libre del artículo “Build it Together: Co-Constructing Success Criteria with Students”. Para encontrarlo completo en idioma inglés hacer click acá Cuando recién comencé mi carrera docente, me pasaba horas y fines de semana enteros corrigiendo, llenando las rúbricas y escribiendo múltiples comentarios para destacar las fortalezas y los aspectos a mejorar de cada producción. Cada lunes, mis estudiantes, al recibir la retroalimentación, veían mis comentarios como si estuvieran escritos en otro idioma incomprensible. A pesar de que les había dado los criterios de evaluación y la rúbrica con anticipación, actuaban como si los estuvieran viendo por primera vez. Era mi culpa. Había hecho algunas cosas bien, sobre todo darles los criterios con antelación, pero no me había asegurado de que los entendieran. En eso, me había equivocado. Al ir ganando experiencia, fui agregando pasos que ayudaron: les mostré modelos de producciones finalizadas, que les daban una imagen más acabada de lo que se esperaba de ellos. También los hice corregir y brindar puntajes a algunas producciones (hechas por alumnos de otros años) para hacerlos prestar más atención a los requerimientos mencionados en la rúbrica. Esto ayudó bastante a que entendieran mejor lo que tenían que hacer, pero todavía faltaba. Después de hablar con Starr Sackstein, quien escribió Evaluando con Respeto, creo que hallé la respuesta. Ella recomienda que se intente incluir a los estudiantes en el proceso de definición sobre qué será evaluado, también conocido como proceso de co-construcción de criterios de excelencia. En otras palabras, en vez de tener un docente que sea el único que decida sobre lo que constituye un buen trabajo, tendremos a los estudiantes contribuyendo también y haciéndolos parte del proceso desde el comienzo. ¿Qué significa co-construir criterios de excelencia? “Esencialmente, es planificar hacia atrás conjuntamente con los estudiantes para la excelencia. Revisamos una consigna con ellos y tenemos una conversación sobre qué debería tener la producción para que sea exitosa”, dice Sackstein. ¿Por qué involucrar a los estudiantes en este proceso? Si un docente crea consignas de alta calidad, con criterios claros, ¿por qué sería necesario incluir a los estudiantes? ¿No es suficiente la experiencia del docente? A continuación, algunas razones por las cuales la co-construcción es valiosa:
¿Cómo co-construir los criterios de éxito con los estudiantes? El mayor trabajo debe hacerse antes de empezar la tarea. A continuación, se presentará una secuencia de pasos a seguir que van construyéndose como escalones de una pirámide. Tanto estudiantes como docentes encontrarán un flujo natural entre un paso y otro, yendo y viniendo entre cada uno de ellos. La clave es no apurarse. Para mejores resultados, se debe dedicar una clase (o al menos una fracción importante de la misma) a la co-construcción. Dediquemos tiempo a las consignas y a los criterios. 1. Desmenuzar los criterios e incluir el vocabulario en las clases diarias. Empezar trabajando uno de los criterios, por ejemplo, pidiéndoles a los alumnos que resalten los verbos porque, generalmente, apuntan a las habilidades, y después que circulen los sustantivos, que son los conceptos. Desde ahí, los distintos grupos de estudiantes discuten lo que entendieron de esas habilidades y pueden realizar una lluvia de ideas sobre cómo se vería un alumno que haga esas cosas. Pueden ir un paso más allá y reescribir los criterios en un vocabulario que sea amigable para ellos. Por ejemplo, pueden utilizar las afirmaciones “Yo puedo…” y hacer carteles para colocar en el aula. Al avanzar con el proceso de aprendizaje, el docente puede referirse a esas afirmaciones, conectándolas con los criterios originales, así todos están familiarizados con el lenguaje propio de las consignas. 2. Estudiar la consigna y hacer anotaciones. Al empezar el proyecto o el ciclo de aprendizaje, es conveniente que les demos a los alumnos la consigna sobre la que van a trabajar, que puede incluir la rúbrica. Pidámosles que la lean atentamente, que resalten, que anoten palabras o frases importantes o que hagan comentarios y/o preguntas en los márgenes. Deberían preguntarse a ellos mismos: “¿Cómo se vería el éxito en esta consigna?” 3. Estudiar ejemplos de producciones que respondan la consigna. Después de estudiar la consigna, los alumnos deberían tener la oportunidad de observar ejemplos de tareas completas. Pueden ser ejemplos hechos por los docentes o por alumnos (de otros años, por ejemplo). Se pueden seleccionar o crear ejemplos que representen la más alta calidad. Aún cuando puede ser útil mostrar ejemplos de baja calidad, esto no será tan efectivo al comienzo así no confundimos el criterio de excelencia de los alumnos. Démosles tiempo en silencio para leer los ejemplos, después podemos hacer que se reúnan en pares para hablar de lo que notaron. ¿Dónde pueden ver la evidencia de los criterios en esta tarea? Finalmente, la clase entera puede discutir esta misma pregunta, utilizando el lenguaje específico trabajado previamente. Este paso permitirá que los criterios de éxito cobren vida, ayudando a los estudiantes a observar cómo se ve cuando un alumno cumple con solicitado. 4. Identificar necesidades de enseñanza. Una vez que los estudiantes tienen una idea clara de lo que se espera de ellos, el paso final antes de empezar es que identifiquen dónde van a necesitar más andamiaje por parte del docente. ¿Qué criterios tendrán que ser trabajados en mayor medida por ellos? ¿Qué habilidades y conceptos necesitan aprender para poder desempeñarse bien? Los docentes podemos reunir esta información en un cuadro donde los alumnos destaquen lo que ya saben y lo que les falta aprender (Tabla SQ: lo que ya sé, lo que quiero saber). O se puede recabar esta información mediante un ticket de salida. Esto nos dará una idea por dónde empezar en nuestras clases. Así, la enseñanza será más personalizada. Incluir a los alumnos en el proceso de evaluación permitirá que asuman más protagonismo en su proceso de aprendizaje. “Den retroalimentación directa y repítanlo en el tiempo, dándoles voz a los estudiantes para que opinen sobre las formas de evaluación con reflexión y auto-evaluación. Esto formará una alianza entre los alumnos y el docente y permitirá que ellos empiecen a establecer metas, avanzar y progresar en su propio aprendizaje”. Dentro de todas las cuestiones que podemos trabajar con nuestros alumnos, sin dudas, una de las más importantes es la comunicación oral. Que sepan destacar las ideas principales, explicarlas con sus propias palabras y expresarse correctamente son habilidades que utilizarán toda la vida.
Pero pedirles que preparen orales a nuestros alumnos va mucho más allá del momento de las presentaciones. Un buen oral se prepara y, por ende, se enseña. A veces, como docentes, pensamos que los alumnos ya saben cómo dar buenos orales porque lo vienen haciendo desde que comenzaron la escuela. Pero, ¿y si nadie se tomó el tiempo para indicarles las características que tiene que tener un buen oral? ¿Cómo podrían saber ellos cómo tienen que hacer? No es arte de magia... Entonces, como docentes, ¿qué podemos hacer? A continuación, un par de tips... En primer lugar, una aclaración: trabajar con presentaciones o lecciones orales con nuestros alumnos debería ser un objetivo (por lo menos) a mediano plazo -durante un cuatrimestre o que se desarrolle durante todo el año-. ¿Por qué? Porque no podremos desarrollar todo lo que implica trabajar bien esta estrategia con nuestros alumnos en uno o dos encuentros. Una vez que consideremos esto y planifiquemos de manera acorde, podemos empezar de la siguiente manera:
Si todavía no lo hicimos, tendremos que dialogar con los alumnos sobre estos criterios para que sepan qué se espera de ellos cuando les pedimos que preparen una presentación oral. De hecho, deberíamos enseñarlos, modelarlos, así queda muy claro a qué nos referimos en cada uno de ellos. Después, tenemos que estar dispuestos a ir construyendo el proceso de aprendizaje junto a nuestros alumnos. Esto quiere decir que tendremos que planificar cuidadosamente los distintos momentos de la experiencia. Claramente, no propondremos UNA lección o presentación oral, sino que intentaremos procurar, aunque sea, tres o cuatro instancias que les permitan a los alumnos ir mejorando entre una y la otra. Para esto, también tendremos que planificar instancias de retroalimentación (devoluciones de parte nuestra que les indiquen las fortalezas y las cuestiones a mejorar para la próxima) y de metacognición (donde ellos mismos puedan reflexionar sobre estas cuestiones). Junto con estas reflexiones tendremos que enseñarles a los alumnos a capitalizarlas, o sea a aprovecharlas para próximas oportunidades. Por esto es importante que ellos tengan instancias para poder probar y seguir creciendo. Sólo de esta manera irán construyendo su propia manera de presentar oralmente y, de a poco, irán perfeccionando su técnica. Cuando consideremos todos estos pasos y vayamos trabajando junto con nuestros alumnos, nos empezaremos a dar cuenta que los orales van más allá de simples lecciones. Cuando comenzamos a planificar, es clave que empecemos por decidir qué actividades será mejor que se presenten en el encuentro sincrónico y cuáles podemos dejarlas para los momentos asincrónicos. Algunas preguntas que pueden ayudarnos a reflexionar:
Un modelo que puede ayudarnos es el de las 5 E:
Aprendizaje asincrónicoEl aprendizaje asincrónico se da cuando no hay encuentro cara a cara entre los estudiantes y el docente, típicamente en los hogares de los estudiantes. Al haber interacción social diferida, se puede recurrir a estrategias que les permitan trabajar solos. Se puede recurrir a la autoevaluación, a la autonomía y la autogestión del tiempo de parte de los alumnos. Recordemos que todo esto se debe enseñar previamente.
Aprendizaje sincrónicoEl aprendizaje sincrónico se da cuando hay encuentro cara a cara entre los estudiantes y el docente, ya sea a través de una plataforma de comunicación o de manera presencial. Al haber interacción social directa, es el momento ideal para que haya intercambio entre los alumnos y con el docente. Se puede trabajar cooperativamente, invitando a la coevaluación e intercambiando conocimiento.
Será clave la PLANIFICACIÓN, ya que tendremos que ver qué pueden hacer los alumnos de manera asincrónica y qué pueden realizar en los encuentros sincrónicos. Se recomienda que se piense en secuencias de trabajo, ordenadas por semanas o momentos. Una pregunta que puede guiar la planificación puede ser: ¿qué es lo más importante de mi materia que quiero que los alumnos aprendan? Se puede repetir por unidad o por tema. Una posible planificación:
Tener un PLAN: Es recomendable que la plataforma siga lo estipulado en el programa. Por ejemplo, podemos dividir los temas de la plataforma según las unidades del programa. Esto permitirá que los alumnos tengan una hoja de ruta y sepan dónde consultar si tienen dudas sobre dónde encontrar materiales o actividades. Si el contenido de la plataforma no está organizado, el alumno seguramente se pierda y no pueda encontrar lo que busca fácilmente. Ser COHERENTE: La plataforma debe seguir cierto orden. Por ejemplo, en cada tema podemos incluir siempre primero una breve explicación sobre cómo se trabajará esa unidad, luego el material a utilizar, una o varias actividades de comprensión y, por último, una actividad de cierre. Esto les permitirá a los alumnos saber qué esperar cuando consultan la plataforma de nuestra materia. Ser claros con las EXPECTATIVAS: Al inicio de la plataforma (casi como una portada) podríamos agregar un documento o infografía o póster con la descripción del curso (¿de qué se trata lo que veremos este año?), los objetivos, las diversas metodologías que utilizaremos, las expectativas (¿qué esperamos de ellos durante todo el año? ¿qué tendrán que hacer en clase o en la plataforma?), cómo serán las actividades y/o evaluaciones, cómo serán las devoluciones y qué tendrán que hacer ellos cuando las reciban. También podemos dejar un contacto por fuera de la plataforma, por ejemplo nuestro mail. Utilizar RECURSOS online: En cada tema o directamente en una parte general (que abarque toda la materia) podemos agregar sitios web sugeridos para consulta de los alumnos. Seguramente ayudará a los alumnos a consultar más de una fuente de información y a comenzar a familiarizarse con ciertos sitios web de confianza en cada área. Agregar un CALENDARIO: Otro ítem que ayuda mucho a ordenar es un calendario de fechas importantes. Podemos hacerlo para cada tema o para la materia en general (incluyendo fechas abarcativas, por ejemplo). También podemos agregar un mensaje o una infografía contando los horarios en los que el docente responderá dudas o quizás los momentos para realizar actividades. Sin dudas, les brindará a los alumnos una herramienta para organizarse mejor. Elementos que no pueden faltar en la plataforma
Después de leer varios artículos que comentan experiencias internacionales sobre la educación híbrida y dan consejos para los profesores, directivos, padres y familias, elaboré este "decálogo falso" (porque no son estrictamente 10 los puntos) de cuestiones a tener en cuenta. ¡Espero que pueda servirles para empezar a pensar nuestro 2021! "Falso Decálogo"
Dos modelos que pueden ayudar
Si quieren saber más...Muchos de nosotros ya estamos volviendo a nuestras labores docentes. Por supuesto que surgen muchísimas preguntas sobre cómo será este año: ¿presencialidad? ¿virtualidad? ¿educación híbrida? Estas son las primeras que aparecen ni bien comenzamos a pensar y a soñar este nuevo año. Pero, en seguida, surgen otras: ¿cómo se planifica en la educación híbrida? ¿qué estrategias podemos hacer? ¿cuál va a ser el rol del docente? ¿y el del alumno? ¿qué tipo de actividades es conveniente realizar? Ante todas estas preguntas, conviene empezar por lo ya conocido: ¿qué funcionó el año pasado? ¿qué lecciones quedaron? ¿qué nos gustaría repetir y qué nos gustaría corregir? Y también es válido preguntarnos: ¿qué recomiendan los docentes de otros países que pasaron por la misma experiencia -la de la educación híbrida-? Sin dudas, nos espera un 2021 lleno de desafíos y con muchas oportunidades de crecimiento. Es clave que, como docentes, no seamos tan exigentes con nosotros mismos y estemos abiertos a la posibilidad de que tengamos que probar varios caminos para ver cuál funciona mejor. Tenemos, sin dudas, una ventaja: podemos capitalizar todo lo aprendido durante el 2020. Y tenemos la oportunidad de empezar de cero, teniendo en cuenta todo lo vivido el año pasado. Por eso, si nos planteamos cómo empezar o por dónde, la respuesta es clara: tenemos la imperiosa necesidad de hacer un diagnóstico sobre lo ya experimentado, lo ya hecho, tratando de rescatar lo positivo y viendo qué podemos corregir y porqué. Como dicen en algunas páginas de ayuda: hoy es el día 1 del resto del año, del ciclo lectivo: ¿cómo imaginamos que será? ¿cómo queremos que sea? ¿qué queremos transmitirles a nuestros alumnos? ¡Hoy comienza un camino muy interesante! ¡Animémonos a ser parte del desafío! Dejo un pensamiento para terminar... Empezar el 2021 como si fuera abril del 2020, sería un error...
Cada vez estamos más cansados, ellos y nosotros. Y cada vez tenemos menos ideas. ¿Qué podemos hacer? Por supuesto que nuestro espíritu indagador nos hace siempre ir por más y buscar alternativas. Eso nos lleva a investigar y buscar nuevas herramientas que podamos probar con los alumnos. Pero ahí surge la duda: ¿sabemos utilizarlas? ¿sabrán ellos? ¿funcionará como quiero? Sin dudas, no hay respuestas certeras para estas preguntas como tampoco hay recetas para aplicar ciertas herramientas. Ahí es donde tenemos que animarnos a correr ciertos riesgos, confiando en que hacemos lo que podemos y que siempre buscamos el bienestar de los alumnos y su aprendizaje. Ahora, si queremos aprovechar al máximo la experiencia, es importante tener en cuenta los siguientes tips:
Quizás estemos pensando que no es momento en el año para probar cosas nuevas. Y sí, probablemente sea verdad. Pero también es cierto que nos quedan casi dos meses con los chicos y que lo nuevo también puede motivarlos. No es cuestión de probar muchas herramientas. Seamos astutos: probemos una o dos en lo que queda del año. Nos podrán quedar como reservorio para el año que viene. Aprovechemos lo que ya sabemos también. Y busquemos tutoriales, que seguro hay para cada una de las herramientas que queremos probar. ¡Una novedad!A la luz de lo que dije al final, en este blog y en su Instagram empezaremos a hablar de las herramientas que comúnmente podemos usar. Si tienen alguna recomendación o pedido especial, ¡bienvenido sea!
No se olviden de pasar por la pestaña de recursos donde pueden encontrar muchas herramientas para probar. |